es que ni el mismísimo arcoiris, estando en su plenitud cuando sale el sol después de una pequeña tormenta, podría imaginarse que cuando tú me besas, aparecen cientos, miles, millones de dibujos de colores en nuestra piel, muriéndose de envidia por no saber el secreto para poseer una mayor gama de colores que él. No hay ningún secreto, o tal vez haya un secreto, a voces, nuestro amor, nuestra sinceridad, nuestra confianza, nuestra admiración, pero sobre todo, nuestra transpariencia. Ésa que nos hace ser entre nosotros tal y cómo somos, sin falsedades ni engaños, porque nos queremos, nos complementamos, nos sentimos orgullosos de nosotros mismos y de los logros que realizamos juntos. Tal vez, todo esto se deba porque estamos hechos el uno para el otro, el otro para el uno, una fusión de caracteres sin la cual no seríamos nosotros mismos ni nos sentiríamos completos y realizados. Tal vez, algún día el arcoiris encuentre su media naranja, y pueda enseñar al mundo entero que podía mostrar más colores de los que ya se le conocían, tal vez entonces sepa y sienta lo que es un amor verdadero, el que yo siento por ti, el que tú sientes por mi. te quiero
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