martes, 29 de abril de 2008

Soneto nº 18 de Willian Shakespeare

¿Te podré comparar al mes florido?

En belleza y mesura lo superas;

sus brotes mecen el viento enfurecido

y sus galas son glorias pasajeras.

A veces arde el sol como de fuego,

a veces nubla su esplendor de oro;

por cambio natural o fatal fuego

toda belleza sufre deterioro.

Pero la tuya siempre será tuya

ya que es eterno tu floral estío;

la muerte no te hará víctima suya,

pues inmortal saldrás del verso mío.

Mientras que el hombre tenga aquí su puesto,

esto será y vivirás por esto.

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